jueves, 23 de febrero de 2012

Letra a letra.

Letra a letra. Ángeles Navarro




Un libro eminentemente juvenil y de aprendizaje a la vez. Por lo tanto tiene su parte de entretenimiento y su parte de pedagogía.

En este libro la autora hace un recorrido por todas las letras del alfabeto, realizando divertidos juegos de aprendizaje y entretenimiento en todas ellas.

Todos ellos van variando según se va realizando el recorrido por las letras. Se va desde a buscar objetos que empiecen por esa letras, hasta encontrar objetos que se parezcan a una determinada letra.e incluso realizar laberintos para llegar a la letra en cuestión.

Se trata de un libro eminentemente pedagógico y de habilidad, para ir desarrollando las facultades mentales de los niños.

miércoles, 22 de febrero de 2012

A jugar

Verbalia






Durante muchos años ,Márius Serra llevó las fichas del Scrable en los bolsillos, haciendo y deshaciendo frases, atento a nuevos hallazgo verbales.¿Una afición?¿Una costumbre algo estrafalaria?¿Una patología? Nada más lejos. Un deber pues Serra es fundador de un país, Verbalia, cuya divisa es "jugar , leer,tal vez escribir
Ahora edita junto a Oriol Comas  la versión de aquel ensayo, con sus saquitos de fichas, atriles, tableros, lápices y hojas de papel en blanco para anotar la puntuación.
Oriol y Serra han dedicado tres años a inventar cómo convertir juegos de palabras en juegos de mesa y en testar sus hallazgos.
El resultado de la unión de estos ludópatas es más de cincuenta juegos de palabras con distintos grados de dificultad y muy atentos al tipo de jugadores, incluido su estado sentimental.Hay juegos de parejas (ABrazagrama) para gente que domina poco el español (AdiVinagrama) para jugar con niños (ChaValotesílaBo) y con expertos (ByeByegrama)...
Los hay de cruzar palabras , de crear palabras y frases, de apuestas, de memoria, de seducción, de persuasión, de tirarse faroles..
En el juego el tiempo queda suspendido.Se crea un mundo paralelo con sus propias reglas.
Marius Serra sigue llevando fichas para jugar en los bolsillos, pero ya no son las de Scrabble, sino las ligeras fichas de cartón de su caja de Verbalia.